Puerta 5: El Cuerpo como Templo

Las Pléyades,
23 de agosto 2025
por
Rebeca Ferruz

1. Introducción simbólica: conexión con la energía de la carta

Tu cuerpo no es solo materia: es el templo donde habita tu Alma, se conecta tu Espíritu y tu Esencia. Cada célula es un universo vivo que late con información, memoria y energía. En tu interior, las células son guardianas de tu historia y de tu potencial, pues dentro de ellas vibra tu ADN, un registro sagrado que contiene tanto la memoria de tu linaje como la huella luminosa de tu propósito de vida.

Hablarle a tu cuerpo es hablarle a tus células, porque son ellas las que conforman tus órganos, tus sistemas, tu vitalidad y tu canal de conexión con lo sutil.
Al abrir esta carta, se activa la conciencia de que la canalización también sucede a nivel celular y genético, y que al cuidar, honrar y comunicarte con tu cuerpo despiertas memorias dormidas y códigos de luz en tu ADN.

El cuerpo, en su sencillez, es el portal que une lo físico y lo divino.

2. Texto guía profundo: explicación ampliada para canalización

El cuerpo humano es un templo vivo. Cada célula que lo compone es un universo en sí misma, guardiana de memorias ancestrales y portadora de códigos de luz que se despiertan cuando lo honras y lo atiendes. En tu ADN no solo habita la información biológica, sino también la huella espiritual de tu linaje, las memorias de tus encarnaciones y los potenciales que esperan ser activados.

Cuando miras tu cuerpo desde la reverencia y no desde la exigencia, descubres que es un altar sagrado donde el Espíritu se encarna y la Esencia se manifiesta. No es un obstáculo en el camino espiritual, sino el vehículo perfecto para que la divinidad se haga carne y pueda expresarse en lo cotidiano.

El cuerpo habla en su propio lenguaje: a través de síntomas, sensaciones, vibraciones y pulsos energéticos. Cuando aprendes a escucharlo con amor, se convierte en el aliado más sabio de tu canal, mostrándote cuándo descansar, qué sanar, y qué integrar para sostener con claridad tu conexión con planos superiores.

El Cuerpo como Templo te invita a hablarle a tus células, a reconocer en cada órgano y en cada latido un recordatorio de tu propósito. Cuanto más lo habitas y lo cuidas, más se despiertan los códigos dormidos en tu memoria celular, facilitando que la canalización sea limpia, pura y estable.

El cuerpo humano es un portal:

  • Es vehículo de encarnación de tu Alma.
  • Es antena que recibe, siente y transmite la energía de la canalización.
  • Es archivo vivo que guarda en sus células y ADN la memoria de tu linaje, tus ancestros y tus experiencias pasadas/paralelas.

Cuando lo nutres y lo escuchas, se convierte en tu mejor aliado espiritual.
Cuando lo ignoras o rechazas, el canal se bloquea.

El cuerpo habla a través de:

  • Sensaciones físicas (calor, frío, presión).
  • Movimientos espontáneos en sesiones de canalización.
  • Intuiciones corporales (el “sí” como expansión, el “no” como contracción).

Cómo conectar internamente con la carta:

  1. Coloca tus manos en el corazón y en el vientre.
  2. Pregunta a tu cuerpo: “¿Qué necesitas hoy para sentirte honrado y cuidado?”
  3. Permite que surja una imagen, palabra o sensación.

Preguntas de reflexión:

  • ¿Escucho y atiendo a mi cuerpo como un templo sagrado?
  • ¿Qué hábitos me ayudan a sostener mi canal más limpio, equilibrado y abierto?
  • ¿Qué síntomas me están mostrando aprendizajes pendientes?

Orientación práctica:

  • Prepara el cuerpo antes de canalizar: respira, hidrátate, mueve tu energía.
  • Recuerda que la alimentación, el descanso y el movimiento también son prácticas espirituales.
  • Usa símbolos de cuidado (agua, temperatura, aromas, música) para elevar la frecuencia del cuerpo como altar vivo.

Mensaje energético de la carta:“Tu cuerpo es el templo sagrado que sostiene tu canal. Ámalo, cuídalo y habítalo como el santuario que es.”

Decreto:“Honro mi cuerpo como templo sagrado de mi canal.”

3. Paso a paso para abrir el canal y recibir mensajes

  1. Respira profundamente tres veces, sintiendo cómo el aire recorre todo tu cuerpo.
  2. Visualiza tu cuerpo envuelto en una luz dorada que lo recorre célula por célula.
  3. Repite con cada inhalación: “Mi cuerpo es un templo, lo honro y lo habito.”
  4. Observa qué parte de tu cuerpo pide atención: puede ser un órgano, un músculo, un área concreta.
  5. Envuelve esa parte con luz y amor, agradeciéndole todo lo que sostiene.
  6. Permanece en silencio, recibiendo cualquier mensaje físico, sensorial o simbólico.
  7. Agradece y cierra con las manos sobre el corazón, sellando el decreto:
    “Mi cuerpo es un templo sagrado.”

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

©2025. All Rights Reserved.