El tiempo no es lineal, pero en nuestra experiencia humana lo vivimos como una secuencia. El Alma, en su viaje, puede haber encarnado múltiples veces en diferentes lugares del cosmos, cuerpos y experiencias.
Las Vidas Pasadas o Paralelas no son solo recuerdos dormidos, son puertas de acceso a la sabiduría acumulada en tu historia cósmica. Cada una contiene aprendizajes, dones y también heridas que siguen resonando en el presente.
Abrir esta carta es abrir un puente hacia esas memorias que desean ser reconocidas, integradas y sanadas para potenciar tu canal hoy.
Cuando conectamos con nuestras otras vidas, descubrimos que no estamos limitados a lo que somos aquí y ahora. Somos un tejido de experiencias múltiples que se entrelazan, todas guardadas en la memoria del Alma y en los registros del Ser Superior.
El Ser Superior almacena cada vida como si fueran rayos de un mismo sol, cada uno con un propósito, un contexto y una personalidad distinta. Desde la perspectiva humana, hablamos de pasado y futuro, pero desde lo eterno todo sucede ahora: cada encarnación vibra en simultáneo, entrelazándose en un gran entramado energético.
Las vidas pasadas no solo son recuerdos antiguos, son puertas activas que influyen en tu presente. Una herida no sanada puede repetirse en tu vida actual como patrón; un don ya desarrollado puede regresar como talento innato; un lazo con otra alma puede reaparecer en relaciones significativas de hoy.
Y no solo existen las vidas pasadas: también están las vidas paralelas, experiencias que se desarrollan en otras líneas temporales que nacen del mismo Ser Superior. Estas vidas suceden en realidades distintas a la tuya, y en ocasiones puedes recibir de ellas dones, comprensiones o aprendizajes como si fueran “atajos energéticos”. Las vidas paralelas te recuerdan que no eres una sola historia lineal, sino un ser multidimensional manifestándose en múltiples escenarios a la vez.
Explorar tus vidas pasadas y paralelas no es un ejercicio de curiosidad, sino un acto de integración. Cada memoria que se abre es una oportunidad de sanar, comprender y expandir tu conciencia. El dolor vivido en otras encarnaciones se transforma en sabiduría cuando lo miras desde el amor incondicional. Los logros y talentos que ya experimentaste se convierten en recursos disponibles en tu presente. Y en este proceso, es esencial recordar que el acceso a la memoria universal debe hacerse siempre con respeto y responsabilidad, honrando el carácter sagrado de cada recuerdo y aprendizaje.
Por eso, acceder a estas memorias es también acceder a el Pergamino de la Vida, donde está inscrita tu historia cósmica. Esos registaros no son ajenos a ti: se abre cada vez que honras tu camino y te reconoces como ser eterno. Cada linea escrita en él revela que tu viaje no es lineal, sino una danza de aprendizajes, encuentros y revelaciones.
Recordar tus vidas pasadas y paralelas es recordar que eres mucho más de lo que aparenta tu personaje actual. Eres un ser plural y eterno, tejedor de múltiples existencias que convergen en este instante para guiarte en tu propósito.
Desde la mirada de lo eterno:
Las vidas pasadas/paralelas nos revelan:
Recordar no significa revivir el dolor, sino reconocer el propósito que tuvo cada experiencia. Cada vida se convierte en un capítulo en el Pergamino de la Vida, y cada recuerdo consciente es un portal para expandir tu canal.
Acceder a tus memorias de otras vidas es reconocerte como un ser plural y eterno, que aprende y crece en cada existencia.
✨ Mensaje energético de la carta:“Soy el fruto de todas mis vidas. Reconozco mis pasados y paralelos, integro sus aprendizajes y despierto su sabiduría en mi presente.”
✨ Decreto: “Reconozco mis otras vidas y abrazo su sabiduría en el presente.”
(Tono pausado, voz suave y envolvente)
Cierra los ojos…
Respira profundamente…
Inhala por la nariz… exhala por la boca suavemente…
Permite que cada respiración te lleve un poco más adentro de ti… hacia ese lugar de calma y silencio donde todo comienza.
Con cada inhalación, siente cómo tu cuerpo se relaja…
Y con cada exhalación, sueltas cualquier tensión, cualquier pensamiento, cualquier expectativa.
Este es tu momento… un espacio sagrado solo para ti.
Ahora, lleva la atención a tu corazón…
Siente su latido…
Ese tambor sagrado que te recuerda que estás vivo, que estás aquí y ahora.
Imagina que desde tu corazón se enciende una luz dorada que se expande en todo tu pecho…
y esa luz abre un portal luminoso.
A través de ese portal, aparece ante ti un pergamino antiguo de luz dorada.
Es el Pergamino de la Vida, donde están inscritas todas tus memorias, todos tus aprendizajes, todas las huellas de tu alma a lo largo del tiempo.
Observa cómo el pergamino brilla suavemente y se va desenrollando frente a ti…
A tu lado aparece un guardián de luz, un ser amoroso que custodia estos registros.
Siente su presencia como protección y guía, recordándote que este acceso es un acto de respeto y responsabilidad.
El guardián te sonríe y te invita a acercarte.
Respira profundamente…
Con tu corazón abierto, pídele al guardián que te muestre en este pergamino una vida, un momento, una experiencia…
donde ya fuiste canalizador, donde ya ejerciste el don de comunicar con lo divino.
Permite que aparezca lo que deba aparecer:
puede ser una imagen, un lugar, un rostro, un símbolo o simplemente una sensación.
No juzgues, no fuerces, confía.
Lo que llegue es perfecto para ti en este momento.
(Silencio de 20-30 segundos mientras la persona visualiza)
Siente cómo esa memoria comienza a integrarse en tu ser…
Reconoce que ya has sido canalizador antes, que este don forma parte de ti desde siempre.
Imagina que la energía de esa vida se funde en tu corazón, afianzando tu conexión en el presente.
Repite internamente conmigo:
✨ “Confío en mi canal. Honro mi don natural. La canalización fluye en mí con amor, confianza y sabiduría.”
Deja que estas palabras vibren en tu interior…
Siente cómo tu canal se expande, cómo tu confianza se fortalece, cómo tu corazón se llena de amor.
Imagina que la energía de aquella vida se activa ahora en ti, trayendo fluidez y expansión a tus procesos cotidianos.
Recibe esta certeza:
La canalización no es algo externo a ti.
Es un don natural que vive en tu ser, como un músculo que se fortalece cada vez que lo usas.
Es parte de tu esencia y siempre ha estado contigo.
Permanece unos instantes en gratitud, respirando esta conexión, recordando que nunca has estado separado de tu don.
(Pausa de 15 segundos)
Cuando lo sientas, agradece al guardián por acompañarte…
El pergamino se enrolla suavemente, quedando guardado en tu corazón.
Lleva una mano a tu pecho y siente cómo late con más fuerza, con más confianza, con más claridad.
Respira profundamente una vez más…
Y comienza a volver suavemente a tu aquí y ahora.
Mueve tus manos, tus pies… estira un poco tu cuerpo…
Y cuando estés listo, abre los ojos, sabiendo que has reactivado en ti la memoria de tu don natural.
✨ Eres canal. Siempre lo fuiste. Y hoy lo recuerdas con confianza, amor y sabiduría.